Con la llegada de la cámara frontal y el selfie, y redes como Instagram y TikTok, surge la necesidad de hacer todo lo posible para que te vean, con un enfoque constante en proyectar una imagen y un estilo de vida en las redes, y de manera adictiva.
Ya es común dormir con el teléfono debajo de la almohada, la pantalla siendo la última cosa que miras antes de dormir y la primera que miras al despertarte. La ves esperando el bus, en el bus, andando al trabajo o a la escuela, cuando estás en casa… sin límites, porque así están diseñadas, un scroll infinito que maneja tus emociones y, lo más importante, tu tiempo.Es fácil que se formen pensamientos y emociones volátiles a raíz de lo que ves en la pantalla, y de cómo lo ves, normalmente de manera esquizofrénica, un reel detrás de otro, ninguno conectado con el anterior, difíciles de realmente comprender, y que duran menos de medio minuto. Todo ello resulta en una falta de concentración, de vivir el presente, y en un aumento de las enfermedades mentales. Digamos que la locura está literalmente en tus manos.
21st Century tiene una energía de rabia y locura arraigada en un riff lento pero pulsante que recuerda a la suciedad del grunge rock de los 90. No es una canción bonita. Es un grito contra el egoísmo aceptado como normal hoy en día, y una llamada a las nuevas generaciones a despertarse de este experimento fracasado y buscar una manera de vivir más enriquecedora y real.